Metodología Agile
La metodología Agile se centra en la implementación rápida y planeada del trabajo desde el principio, junto con un equipo eficiente y flexible, manteniendo la capacidad de tomar la mejor opción en cada momento sin comprometer el proyecto.
Estos son los 4 valores que reivindica:
- Interacciones de las personas sobre los procesos y herramientas.
- Software en funcionamiento.
- Capacidad de respuesta ante los cambios e imprevistos.
- Participación activa del cliente durante todo el desarrollo.
Además, cuenta con multitud de ventajas, entre ellas:
- Mejorar la calidad: tanto en la experiencia como la funcionalidad para el cliente.
- Mayor productividad: al asignar mejor los recursos, mejora la producción según las prioridades de la empresa
- Rapidez: acorta los ciclos de producción y minimiza los tiempos de reacción.
- Mayor compromiso: más satisfacción para el empleado, generando conciencia de equipo.
Por ejemplo, plantear reuniones a primera hora de la mañana de 15 o 20 minutos en las que todo el equipo pueda revisar el estado de las tareas de diferentes proyectos. Este tipo de reuniones aumentan la productividad en gran medida, ya que redirigen la capacidad de trabajo a las tareas pendientes y evitan las pérdidas de tiempo.
Esto fomenta la participación y la implicación del equipo en los proyectos, ya que el mismo proyecto acaba siendo tarea y logro de todos.