Qué aporta el análisis del trabajo

El análisis de trabajo es una parte fundamental de los recursos humanos. Para poder llevarlo a cabo, se recopila información tanto de la organización como del puesto en sí, es decir, sobre los requisitos que se necesitan para desempeñarlo.

Para realizar un análisis correctamente, se siguen 4 fases

Definición de objetivos: se define qué se quiere conseguir, es primordial.

Diseño del proceso de análisis de trabajo: se establece cómo vamos a realizar el análisis. Se detalla el puesto a analizar, se seleccionan las fuentes de donde extraemos la información y se especifican los métodos que llevaremos a cabo.

Realización del proceso de análisis: se llevará a cabo lo diseñado anteriormente.

Resultados: cuando se obtienen los resultados podremos tomar decisiones.

Hay distintos métodos que podemos utilizar en el análisis del trabajo, algunos de ellos son:

Observación: muy útil para obtener información. Se debe evitar influir y condicionar en el comportamiento de la persona observada.

Entrevista: permite interactuar con las personas de la misma posición o que la rodeen para recopilar la mayor información posible.

Cuestionarios: documentos escritos, estructurados y formados por una batería de preguntas con diferentes tipos de respuesta, hay distintos tipos de cuestionarios que podremos llevar a cabo.

Este análisis nos dará una visión global y nos ayudará a saber lo que se necesita en la organización, qué falta y cómo debemos cubrirlo. Por ejemplo si hace falta algún puesto de trabajo más, o si hay alguna necesidad entre los trabajadores que debamos cubrir.

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