Julio y agosto. El aire acondicionado a tope. El grupo de WhatsApp de la oficina en modo silencio. Las sillas vacías. Y tú, mirando la bandeja de entrada con más correos que sombrillas en Benidorm.
El verano es una época tan necesaria como delicada para las empresas. Porque sí, hay menos actividad, pero también menos manos. Hoy te contamos cómo sobrevivir al verano mientras el talento se turna para irse a la playa.
Las vacaciones no se improvisan
Aunque cada año parezca que llegan antes, las vacaciones se planifican. Y cuanto antes, mejor.
Una buena práctica es establecer un calendario compartido con al menos 2 meses de antelación, donde cada persona proponga sus días preferidos. Así se pueden negociar solapamientos, prever picos de trabajo y buscar fórmulas para mantener siempre un mínimo operativo.
Consejo práctico:
Herramientas como Google Calendar, Notion o TeamUp permiten visualizar las ausencias del equipo y coordinar de forma más clara. Si sois muchos, ¡hazlo visual!
La clave está en el «backup plan»
La productividad no debe depender de una sola persona. Si cuando alguien se va de vacaciones todo se paraliza, el problema no es el verano, sino la falta de procesos.
Crea planes de respaldo por rol o proyecto, en los que se indique:
- Quién cubre a quién.
- Qué tareas críticas no pueden quedar paradas.
- Dónde están los accesos, los documentos clave y el histórico.
Y sobre todo: haz un onboarding a las personas encargadas antes de irte, no desde el chiringuito por WhatsApp.
En la automatización está la clave
Aprovecha para automatizar tareas repetitivas o programar acciones que te permitan mantener el ritmo con menos recursos.
Un par de ejemplos:
- Emails automáticos para informar de tiempos de respuesta más largos.
- Publicaciones en redes sociales programadas.
No se trata de volverte robot, sino de liberar tiempo para lo que sí requiere intervención humana. Y en eso la IA puede ser una gran aliada.
Las vacaciones no se justifican
Hay quien todavía se disculpa por irse de vacaciones. Como si descansar fuese un lujo y no un derecho. Desde Recursos Humanos o desde liderazgo, es fundamental normalizar la desconexión total. Eso incluye:
- No enviar mensajes “rápidos” a quien está fuera.
- No programar reuniones el día de la vuelta.
- No glorificar al que responde correos desde la playa.
Las vacaciones bien tomadas se traducen en personas más creativas, más motivadas y más comprometidas. Y eso, a largo plazo, sí mejora la productividad.
Y si en verano necesitas refuerzos…
¿Tienes un pico de trabajo inesperado? ¿Se te acumulan las vacantes y el equipo de selección está fuera? En Talentoo te conectamos con recruiters profesionales que ya están activos en la plataforma y listos para enviarte perfiles cualificados en 48 horas.
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Descubre cómo funciona y que este verano el talento no se tome vacaciones… aunque tú sí.